los primeros pasos!
Qué dificil andar erguido,
firme, equilibrado.
Al principio titubeo,
lo intento, me caigo,
continúo a gatas
y a cuatro patas ando;
más tarde con el ansia,
y también con las dos manos,
cargado de esperanza,
fuertemente me agarro
a un sólido pilar
de vetusto e insigne mármol;
así, ya algo más seguro
poco a poco me levanto...
¡Estoy de pies ya!
¡Y que alto!
A la sombra del pedestal
tanto me entusiasmo
que pierdo pie al instante,
trastabilleo, vacilando,
braceo, grotesco, en el aire,
y de bruces, sin remedio,
contra el suelo me estampo.
¡Qué difícil es andar,
qué difícil dar, en poesía,
unos pocos pasos!
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