Morten Lauridsen * Les chansons des roses (1993) per coro (2/2)

Le cycle complèt de l'oeuvre "Les Chansons des Roses" (poèmes de Rainer Marie Rilke, "Les Roses") Dans ce vidéoclip et le précédent..

Morten Lauridsen * Les chansons des roses (1993) per coro (1/2)

Le cycle complèt de l'oeuvre "Les Chansons des Roses" (poèmes de Rainer Marie Rilke, "Les Roses") Dans ce vidéoclip et le suivant.

Dirait-on. Morten Lauridsen

Une petite chanson, très très belle. Sur un poéme de RM Rilke.

(Pour celle qui sait) (Mais, encore?, elle dit)

Epitafio a Delibes

Hoy, la tierra de Castilla se enriquece:
en las entrañas de una tumba
un gran tesoro: un hombre, yace,
de diamante... Deliberadamente.

Retorna, así, a su veta.
A la tierra ha de volver
lo que la tierra engendra.
Los oteros, lloran ojos;
las perdices, escopetas;
las majadas, pasos sabios
de un cazador con visera.
Hoy, lloran todos en Castilla;
en Valladolid, el Pisuerga
es todo llanto la corriente
y en su frondosa ribera
se concita el canto triste
de ruiseñores en vela.
¿Lloran todos? No, todos no:
no está llorando la tierra;
la tierra es ahora feliz,
la tierra está satisfecha:
el que tan bien la cantó
a su seno ya regresa.
¡Viva por siempre Miguel,
ya para siempre en sus letras:
Delibes es toda Castilla
escrita con sangre negra!
No estoy triste porque haya muerto,
sino feliz porque viviera.
Descanse en paz este diamante
de tan castellana veta.

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Estados

Hoja
vena,
piedra,
talla.

Árbol,
sangre,
Tierra,
exalta.

Verde,
roja,
ocre,
Blanca.

Crece,
fluye,
dura,
plasma.

Vida,
vive,
viva,
Vana.

Hoja de sangre crece en la tierra blanca,
Árbol de piedra fluye en la roja talla,
Vena verde dura exalta y vana plasma.

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Andrés

Andresillo es un chiquillo
con dos cielos en la cara,
y en los cielos firmamentos
llenos de extrañas galaxias.

Andrés va inventando historias
con dos luces y mucha ansia,
y es su narrar, balbuciente,
un huracán de palabras.

Monstruos de todas clases
vuelan, caminan y nadan
por paisajes surrealistas
que el mismo Dalí envidiara.

Cuando cuenta, Andrés, te mira
y su intenso azul te baña,
aunque sientes que sus ojos
sólo ven su propia trama;

cuando inventa, Andrés, te mira
y es como si no mirara:
esos ojos azul cielo,
más que ojos, son dos cámaras

por donde proyecta historias
en su cerebro filmadas.
Y, tú ves, cuando le miras,
más que un niño, una pantalla

en donde se desarrollan
las aventuras que narra.
Andrés tiene alma de cine,
o, el cine, de un niño el alma.

Sigue, Andrés, imaginando,
mientras puedas, tus hazañas,
que, al crecer, en el olvido
quedarán todas tus fábulas.

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