Semana Santa: una paradoja

¡Al fin!

El sol luce en todo su esplendor.
Es Semana Santa.
La gente descansa
¡Que llegue el buen tiempo, por favor!

Pasiones
de sangre y barbarie;
procesiones
beatas por la calle;
vacaciones,
no se escapa nadie;
retenciones,
atasco interminable.

Es Semana Santa
¿Un santo murió?
Nunca pasión tanta
tal gozo causó.

Cofrades penitentes,
capirotes silentes,
arrastran su cruz
buscando la luz.
A hombros el paso,
bajo el cielo raso,
la talla revive,
balance recibe.
Saeta ritual,
silencio total,
voz de Andalucía
cantando a porfía.
Sobrio castellano
de cirio en la mano
y basto sayal
purgando su mal.
Junis y salzillos
velan monaguillos,
Benlliure y Fernández
sazón de la imagen.
De imaginería
el pueblo se alía;
el arte y la fe,
nunca hay dos sin tres...
falta la alegría.
Se bebe y se reza
limando asperezas
desde el más acá
con el más allá.
Se juega y se apuesta
pues también es fiesta
para recordar
que humano es pecar.

Es Semana Santa
¿Un santo murió?
Nunca pasión tanta
tal gozo causó.

Manifestaciones
de santas razones,
Rito secular
que anima a vacar.
"El muerto al hoyo
y el vivo al bollo",
nos dice el refrán
¿Por qué lo dirán?
Tiempo irreverente
en que el penitente
en vez de penar
se va adisfrutar.
Sol, playa y torrijas
y, no me corrijas,
algo de pasión:
ver la procesión.

lll

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