El alma suspendida en su fragancia
numinosa; la mente concentrada
en penetrar su esencia; enamorada
la razón de su armónica elegancia.
¡Qué primorosa blonda, qué prestancia
de la densa corola sonrosada!
¡Qué belleza a la belleza arrimada!
¡Cuánta perfección sin vana jactancia!
Flota en el éter el alma de la rosa
acudiendo al reclamo de la bella:
es poema el perfume que una aspira,
son labios los versos que la otra glosa.
De amor testigo es y dichosa sella
la emoción en el alma del que mira.
lll
No comments:
Post a Comment