40 añitos ya. Uno de los conciertos más singulares del grupo más plural.
1969. A punto de cumplir los trece y suspirando por Alicia de rubios cabellos y mirada de pastel azul... Yo, ajeno a lo que se estaba cociendo en una azotea de Londres, en Abbey Road. Mi hermano sí, con dieciocho lo vivía más de cerca. Mi hermano, el capricho de las chicas; el líder, el listo, el conquistador a su pesar; el rubio-ojos-azules de sonrisa encantadora... Cuántas veces me quedaba yo embobado contemplando sus guateques a hurtadillas, allí sonaban Beatles, pero también Brincos y Bravos...
Paseos interminables de miradas rebuscándose, sorprendiéndose en vuelcos de corazón tan ingenuos. Trece años y cuatro dioses de la música encaramados a una azotea de un mítico edificio de Abbey Road para ofrecer su última actuación en vivo; después se separarían incomprensiblemente. Sus canciones quedarían flotando en la eternidad como nubes cargadas de musicalidad en el cielo del genio humano.
40 años, y parece que fue ayer, o el siglo pasado, o nunca, en Londres, en el mismo Londres por dondeTú te paseas ahora, y ríes -espero que no llores- y miras y bailas con tus suaves movimientos de Caliope sin querer, quizás al ritmo de un Get Back que yo te envío.
(a no perderse los otros dos videoclips que completan este miniconcierto).
Essai plus ou moins heureux pour exorciser les propres démons invoquant l'esprit de la Beauté. L'homme approche du vrai à coups d'artifice.
Friday, January 30, 2009
The Beatles Rooftop Concert 1/3
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