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En este contarse y rozarse, amorosos,
un olor balsámico
-recuerdo de la vida que tuvieron-
se desprende poco a poco
de sus poros abiertos:
sudan resina como un lúbrico humor
Allí están, maniquíes abrazados,
madera con madera,
gozne con gozne,
las caras impasibles:
huecos los ojos
de noche profundísima
y los labios, ausentes, de barniz;
los cuerpos se cuentan, callados,
madera con madera,
la historia centenaria
consignada en sus vetas:
madera con madera,
gozne con gozne,
las caras impasibles:
huecos los ojos
de noche profundísima
y los labios, ausentes, de barniz;
los cuerpos se cuentan, callados,
madera con madera,
la historia centenaria
consignada en sus vetas:
aquella gesta legendaria
en que los dioses jugaron
y los hombres murieron,
héroes ya para siempre
por el canto de un aedo ciego.
En este contarse y rozarse, amorosos,
un olor balsámico
-recuerdo de la vida que tuvieron-
se desprende poco a poco
de sus poros abiertos:
sudan resina como un lúbrico humor
pegajoso de recuerdos;
los maniquies, abrazados,
amantes sin futuro,
los maniquies, abrazados,
amantes sin futuro,
imperecederos,
son pura, balsámica, ilusión.
son pura, balsámica, ilusión.
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