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...Les amants sont abandonnés au plaisir réciproque... quand, soudain, on écoute l'épouvantable voix du Cyclope (Galatée sent l'amour et la peur en même temps: "muerta de amor y de temor no viva") qui va donner libre cours à ses sentiments d'amour par la nymphe fille de Doris; son chant est tendre et pitoyable malgré son redoutable puissance, mais, aussi, vaniteux et presomptueux. Premièrement dédie à Galatée des flatteries et la demande d'écouter son appel; après il se dédie à chanter ses vertus, son lignage, sa richesse et son intention de la combler de beaux cadeaux. La voix de Polyphème est celle du tonnerre devenue grand vent qui souffle dans la forêt et la montagne, sur les ondes de la mer et sous la coupole du ciel... jusqu'à arriver oú les amants se trouvent...
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...Les amants sont abandonnés au plaisir réciproque... quand, soudain, on écoute l'épouvantable voix du Cyclope (Galatée sent l'amour et la peur en même temps: "muerta de amor y de temor no viva") qui va donner libre cours à ses sentiments d'amour par la nymphe fille de Doris; son chant est tendre et pitoyable malgré son redoutable puissance, mais, aussi, vaniteux et presomptueux. Premièrement dédie à Galatée des flatteries et la demande d'écouter son appel; après il se dédie à chanter ses vertus, son lignage, sa richesse et son intention de la combler de beaux cadeaux. La voix de Polyphème est celle du tonnerre devenue grand vent qui souffle dans la forêt et la montagne, sur les ondes de la mer et sous la coupole du ciel... jusqu'à arriver oú les amants se trouvent...
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40
Su aliento humo, sus relinchos fuego,
si bien su freno espumas, ilustraba
las columnas Etón, que erigió el Griego,
do el carro de la luz sus ruedas lava
cuando, de Amor el fiero jayán ciego,
la cerviz oprimió a una roca brava,
que a la playa, de escollos no desnuda,
linterna es ciega y atalaya muda.
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41
Árbitro de montañas y ribera,
aliento dio en la cumbre de la roca,
a los albogues que agregó la cera,
el prodigioso fuelle de su boca;
la ninfa los oyó, y ser más quisiera
breve flor, yerba humilde y tierra poca,
que de su nuevo tronco vid lasciva,
muerta de amor y de temor no viva.
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42
Mas, cristalinos pámpanos sus brazos,
amor la implica, si el temor la anuda
al infelice olmo que pedazos
la segur de los celos hará aguda.
Las cavernas en tanto, los ribazos
que ha prevenido la zampoña ruda,
el trueno de la voz fulminó luego;
referidlo, Pïérides, os ruego.
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43
«Oh bella Galatea, más süave
que los claveles que tronchó la Aurora;
blanca más que las plumas de aquel ave
que dulce muere y en las aguas mora;
igual en pompa al pájaro que, grave,
su manto azul de tantos ojos dora
cuantas el celestial zafiro estrellas!
¡Oh tú que en dos incluyes las más bellas!
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44
Deja las ondas, deja el rubio coro
de las hijas de Tetis, y el mar vea
cuando niega la luz un carro de oro,
que en dos la restituye Galatea.
Pisa la arena, que en la arena adore
cuantas el blanco pie conchas platea,
cuyo bello contacto puede hacerlas,
sin concebir rocío, parir perlas.
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45
Sorda hija del mar, cuyas orejas
a mis gemidos son rocas al viento;
o dormida te hurten a mis quejas
purpúreos troncos de corales ciento,
o al disonante número de almejas
-marino, si agradable no, instrumento-,
coros tejiendo estés, escucha un día
mi voz, por dulce, cuando no por mía.
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46
Pastor soy, mas tan rico de ganados
que los valles impido más vacíos,
los cerros desparezco levantados
y los caudales seco de los ríos:
no los que, de sus ubres desatados
o derribados de los ojos míos
leche corren y lágrimas: que iguales
en número a mis bienes son mis males.
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47
Sudando néctar, lambicando olores,
senos que ignora aún la golosa cabra,
corchos me guardan, más que abeja flores
liba inquïeta, ingenïosa labra;
troncos me ofrecen árboles mayores,
cuyos enjambres, o el abril los abra
o los desate el mayo, ámbar destilan,
y en ruecas de oro rayos del Sol hilan.
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48
Del Júpiter soy hijo de las ondas,
aunque pastor; si tu desdén no espera
a que el Monarca de esas grutas hondas
en trono de cristal te abrace nuera;
Polifemo te llama, no te escondas,
que tanto esposo admira la ribera,
cual otro no vió Febo más robusto,
del perezoso Volga al Indo adusto.
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49
Sentado, a la alta palma no perdona
su dulce fruto mi robusta mano;
en pie, sombra capaz es mi persona
de innumerables cabras el verano.
¿Qué mucho?, si de nubes se corona
por igualarme la montaña en vano,
y en los cielos, desde esta roca puedo
escribir mis desdichas con el dedo.
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Polyphème veut impressionner et toucher Galatée, c'est clair. Mais en même temps que nous écoutons son puissant chant, son pouvoir, ses dimensions colossales, nous savons déjà que cela ne peut pas finir bien; à mesure que Polyphème s'agrandit, les malheureux amants s'amoindrent.
Malgré son amour et la tendresse qu'il distille parfois, il est un être monstrueux, avec un orgueil monstrueux, avec une jalousie monstrueuse, avec un fureur monstrueux...
Mais peu à peu; attendez encore un peu. Le chant de Polyphème n'est pas fini...
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