Se levantó tal vendaval de poesía
que dejó las conciencias devastadas:
desintegradas en piélagos de luz,
disgregadas en retazos de color,
esparcidas en música encantada.
Fue tal la fuerza del lírico huracán
que levantó por el aire, como plumas,
las losas de mármol de las tumbas
y las cruces de hierro de los pechos,
dejando al descubierto los huesos
y el vacío de los esfuerzos vanos.
Tras la tromba de versos encadenados
se anegaron los rincones tristes
y se inundaron las melancolías;
se cubrió toda la tierra cuarteada
de fluidas codas y pies quebrados,
y las palomas recogían del caudal
ramitas de olivo verde que te quiero verde,
hechas de auroras preñadas de versos,
y las dejaban caer sobre las caritas
anegadas en llanto de los niños.
Durante cuarenta generaciones
las musas penetraron los corazones
y el mundo fue una oda a sí mismo.
que dejó las conciencias devastadas:
desintegradas en piélagos de luz,
disgregadas en retazos de color,
esparcidas en música encantada.
Fue tal la fuerza del lírico huracán
que levantó por el aire, como plumas,
las losas de mármol de las tumbas
y las cruces de hierro de los pechos,
dejando al descubierto los huesos
y el vacío de los esfuerzos vanos.
Tras la tromba de versos encadenados
se anegaron los rincones tristes
y se inundaron las melancolías;
se cubrió toda la tierra cuarteada
de fluidas codas y pies quebrados,
y las palomas recogían del caudal
ramitas de olivo verde que te quiero verde,
hechas de auroras preñadas de versos,
y las dejaban caer sobre las caritas
anegadas en llanto de los niños.
Durante cuarenta generaciones
las musas penetraron los corazones
y el mundo fue una oda a sí mismo.
/*/
No comments:
Post a Comment