<<¡Mamá, mamá!>>
Entró el niño jadeante en casa; la cara redonda, de pan de mediana castellana, coloradota y sofocada; apenas sí podía balbucear...
<¡Mamá! ¿Dónde estás?>
El ruido de platos le llevó, medio correteando medio trastabilleando, hasta la cocina. Se paró en la puerta, con los ojos saltones como platos, la frente nimbada de sudor y el cuerpecito agitado por la respiración acelerada...
<<¡Mamá, está lloviendo señores con bombín!>>
.
l
No comments:
Post a Comment